Mungia- Los vecinos de Mungia se comerán el viernes el dulce más solidario del año. Se trata de un roscón de grandes dimensiones que repartirá el Ayuntamiento en Andra Mari Gunea a partir de las 17.00 horas y que no solo endulzará los paladares de quienes lo saboreen si no que deleitará a las personas que peor lo están pasando. Y es que los beneficios que se obtengan del reparto de raciones de esta rica vianda irán destinados a llenar la despensa del Banco de Alimentos, organización que, a su vez, hace que ninguna mesa permanezca vacía no solo en Navidad si no durante todo el año.

Este primer evento mungiarra de 2018 estará servido por voluntarios del Banco de Alimentos de la localidad y contará con la ayuda de varios artistas de la serie musical de ETB, Goazen!. En el reparto de las raciones no faltarán tampoco las componentes de la asociación de mujeres Diz-Diz y la corporación del Ayuntamiento.

Como todos los años, la fiesta del roscón solidario se celebrará la víspera de la festividad de Reyes. Para ello, tres panaderías/pastelerías de Mungia elaborarán un roscón de 60 metros de largo para el que se necesitan 90 kilos de harina, 360 huevos, 30 kilos de mantequilla, 6 kilos de levadura y 18 kilos de azúcar, entre otros ingredientes.

El roscón se dividirá en raciones individuales que se venderán junto con un chocolate caliente al precio de 1 euro por ración. La fiesta estará amenizada por el espectáculo infantil Diskofesta.

La del viernes será la decimocuarta edición de esta Errosko Solidarioaren Jaia promovida por el Ayuntamiento y realizada en beneficio de entidades, proyectos o causas dedicadas a brindar una ayuda desinteresada a personas o colectivos en situación menos favorecida.

Por ejemplo, en 2017, la recaudación fue a parar íntegramente a manos de la Asociación Desafía Dravet, dedicada a la investigación y asistencia de personas que padecen el síndrome de Dravet.

La Asociación de Afectados por la Coroideremia, de la mano de una familia con varios de sus miembros afectados por la enfermedad, recibió la recaudación conseguida en una de las ediciones de este goloso evento. Otra enfermedad rara cuya lucha contó con la solidaridad mungiarra fue el síndrome de Angelman. En 2013, la venta de las porciones de la tradicional rosca se donó a la asociación que pelea por encontrar una cura para este mal. Y un año antes, fue Cáritas la organización beneficiaria del dinero reunido en la fiesta.

Los camareros invitados al reparto del roscón también han sido de lo más variopintos durante estos 14 años de roscón gigante. El dulce mungiarra ha pasado por citar algunos recientes, por las manos de Miguel Madariaga y otros miembros de la Fundación Euskadi. - DEIA